Poema a la Comparsa Cristianos


Por Francisco J. Lifante



Engarzados en sus galas guerreras
atraviesan los Cristianos con su voz afilada
los varios corazones de la pura Purísima
tan inmóvil como paseada por la Gloria

Bajo sus plumas piensan
“por Ti la vida, por Monforte y la historia”

Tras sus capas bordadas de bruma gritan
“mi pregón es guerra y esta mañana
te brindo mi plegaria”

Ataviados de metales y cánticos
resuelven los desfiles con una dignidad regia
con sus pasos castigan el suelo
hasta convertirlos en santuarios de las demoras

Las corazas protegen la luz de sus ojos
siempre al frente de los designios y los despojos
que la guerra trae consigo desde los principios
al vencer con sosiego templario a las hordas moras

Sus mujeres protegen los principios sobrios de la belleza extrema
vencen al miedo con estrofas, y designios, y brillantes
agudizan el ingenio afilando los cuchillos del invierno
suponiéndose igual de necesarias que los amaneceres

Los sarracenos plantan cara, el Magreb se deja barba
y nuestros cristianos, forjados de tierra monfortina
con los líquidos de venas ajenas
de raíces sagradas enclavadas en las cegueras
comienzan con insurrección e inspiración divina
las causas que la muerte súbita impregna

Terribles luchas las del alma y la fe
que propician masacres por doquier
innecesarias si no es por ansia de poder
cristiano no te rindas si lo crees tu deber
que todos morirán por un Dios, por sanar
las cicatrices que debieron atender
razones más altas que al final fueran paz








Comentarios