Por Francisco J. Lifante
¿Dónde están los que se han ido? ¿Dónde los que expulsé?
Acaso en una oquedad de tiempo
que no vemos. En una avalancha de nada que nos penetra. En una transparencia de
sombras milenarias. En la breve eternidad que nos acoge bajo nuestra residencia
de olvidos.
El amor es la única dimensión que
atraviesa el resto, que trasciende lo inerte de la materia. Nos hace echar de
menos lo que no existe, y amarrarnos a la vida, aunque sea a través de un hilo
en un intento de creerlos aquí.
¡Exijo verlos!
Carne contra hueso. Beso contra
tiempo.
¡Exijo verlos!
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